¿Son mejores los refrescos de dieta?
Las
gaseosas light, los tés embotellados y las bebidas deportivas suelen ser
comercializados como la opción indicada para quien desee bajar de peso o controlar su
diabetes. Estos refrescos de dieta suelen ser saborizados con endulzantes
artificiales como sacarina, sucralosa y aspartamo. Hay un debate de larga data
sobre si las bebidas supuestamente dietéticas son más saludables que las
tradicionales.
LA PALABRA DE LA CIENCIA
Para los parámetros
convencionales de la nutrición –que se preocupan sobre todo por contar las
calorías- los refrescos de dieta representan la mejor alternativa porque son
“cero calorías”. Incluso, en las clases educativas para diabéticos se
recomienda a los pacientes elegir estas opciones porque es la más saludable.
Por su parte, los estándares nutricionales alternativos consideran que estas
bebidas son el peor enemigo de la dieta.
Las
investigaciones médicas al respecto resultan contradictorias. Un estudio de
2011 demostró mejoras en los niveles de azúcar en sangre de aquellas personas
con leve sobrepeso que consumían alimentos endulzados artificialmente, en
contraste con los individuos que elegían comidas con azúcar natural. Al
contrario, otros estudios han reportado que el riesgo de diabetes aumenta en un
66% con solo incorporar 590 mililitros de refresco por semana.
Hace
poco, un estudio del Instituto de Ciencia Israel Weizmann analizó la
correlación entre endulzantes artificiales, aumento de peso y diabetes.
El reporte fue publicado en una revista científica y los hallazgos de que da
cuenta son paradójicos. En primer lugar, las personas que consumen endulzantes
artificiales tienen en general mayor azúcar en sangre que quienes nunca lo
hacen; y algunas sufren el incremento con solo incorporar los endulzantes una
vez por semana.
No
obstante, en estudios hechos con ratas se constató que los animales que
consumieron edulcorantes ganaban tanto peso y presentaban tanta azúcar en
sangre como aquellos que tomaron azúcar regular, a pesar de estar incorporando
menos calorías.
De todas maneras, ciertos profesionales
advierten que los refrescos de dieta causan síntomas cerebrales crónicos,
fatiga y fibromialgia. La conclusión es que lo que comemos impacta en nuestro
intestino, acarreando cambios en el peso corporal.