viernes, 4 de marzo de 2016

¿¿que es la influenza??

                                    
                                 ¿Qué es la influenza?

Es una enfermedad aguda de las vías respiratorias, es curable y controlable si se recibe atención médica oportuna y los cuidados necesarios en casa.

¿Cómo se trasmite la influenza?

De persona a persona (el virus entra al organismo por la boca, nariz y ojos), principalmente cuando las personas enfermas o portadoras de influenza expulsan gotas de saliva al estornudar o toser frente a otra sin cubrirse la boca y la nariz.

También se puede transmitir a través del contacto con superficies previamente contaminadas por gotas de saliva de una persona enferma de influenza, tales como las manos, mesas, teclados de computadora, mouse, barandales, teléfonos, pañuelos desechables y telas.

¿Cuáles son los síntomas de ALARMA?

•Fiebre de 38°C o más, tos y dolor de cabeza, 
acompañados de uno o más de los siguientes signos o síntomas:
• Escurrimiento nasal
• Enrojecimiento nasal
• Congestión nasal
• Dolor de articulaciones
• Dolor muscular
• Decaimiento (postración)
• Dolor al tragar
• Dolor de pecho
• Dolor de Estomago
• Diarrea
•En menores de cinco años de edad, la irritabilidad es un signo que sustituye al dolor de cabeza.
• En personas mayores de 65 años no necesariamente se presenta fiebre.


¿QUE DEBE DE HACER UNA PERSONA QUE PRESENTE SÍNTOMAS?

•Acudir a la unidad de salud para que el médico le realice un diagnóstico clínico.

•NO AUTOMEDICARSE, porque:

• Pueden aminorarse y retrasarse la aparición de los síntomas y dificultar el diagnóstico.
• Los antibióticos no combaten el virus.
• Los antigripales esconden los síntomas.


Medidas de Prevención

• Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar gel con base de alcohol, al llegar de la calle, frecuentemente durante el día, después de tocar áreas de uso común, después de ir al baño y antes de comer.
• Al toser o estornudar, cubrirse la nariz y boca con un pañuelo desechable.
• No tocarse la cara con las manos sucias, sobre todo nariz, boca y ojos.
• Limpiar y desinfectar superficies y objetos de uso común en: casas, oficinas, sitios cerrados, transporte, centros de reunión, etc., ventilar y permitir la entrada de luz solar.
• Quedarse en casa cuando se tienen padecimientos respiratorios y acudir al médico si se presenta alguno de los síntomas (fiebre mayor a 38° C, dolor de cabeza, dolor de garganta, escurrimiento nasal, etc.)







jueves, 25 de febrero de 2016


¿Son mejores los refrescos de dieta?
Las gaseosas light, los tés embotellados y las bebidas deportivas suelen ser comercializados como la opción indicada para quien desee bajar de peso o controlar su diabetes. Estos refrescos de dieta suelen ser saborizados con endulzantes artificiales como sacarina, sucralosa y aspartamo. Hay un debate de larga data sobre si las bebidas supuestamente dietéticas son más saludables que las tradicionales.


LA PALABRA DE LA CIENCIA
Para los parámetros convencionales de la nutrición –que se preocupan sobre todo por contar las calorías- los refrescos de dieta representan la mejor alternativa porque son “cero calorías”. Incluso, en las clases educativas para diabéticos se recomienda a los pacientes elegir estas opciones porque es la más saludable. Por su parte, los estándares nutricionales alternativos consideran que estas bebidas son el peor enemigo de la dieta.
Las investigaciones médicas al respecto resultan contradictorias. Un estudio de 2011 demostró mejoras en los niveles de azúcar en sangre de aquellas personas con leve sobrepeso que consumían alimentos endulzados artificialmente, en contraste con los individuos que elegían comidas con azúcar natural. Al contrario, otros estudios han reportado que el riesgo de diabetes aumenta en un 66% con solo incorporar 590 mililitros de refresco por semana.

Hace poco, un estudio del Instituto de Ciencia Israel Weizmann analizó la correlación entre endulzantes artificiales, aumento de peso y diabetes. El reporte fue publicado en una revista científica y los hallazgos de que da cuenta son paradójicos. En primer lugar, las personas que consumen endulzantes artificiales tienen en general mayor azúcar en sangre que quienes nunca lo hacen; y algunas sufren el incremento con solo incorporar los endulzantes una vez por semana.
No obstante, en estudios hechos con ratas se constató que los animales que consumieron edulcorantes ganaban tanto peso y presentaban tanta azúcar en sangre como aquellos que tomaron azúcar regular, a pesar de estar incorporando menos calorías.

De todas maneras, ciertos profesionales advierten que los refrescos de dieta causan síntomas cerebrales crónicos, fatiga y fibromialgia. La conclusión es que lo que comemos impacta en nuestro intestino, acarreando cambios en el peso corporal.